La actual iglesia románica de Santa Maria de Gerri data del siglo XII. Hoy es el único elemento que queda del antiguo monasterio benedictino.
Este fue uno de los monasterios más ricos y siempre estuvo ligado a la vida de Gerri y a la explotación de sal.
El monasterio es de estilo románico; se le han añadido elementos y ha sufrido reformas en épocas posteriores.
La puerta de entrada se caracteriza por una serie de arcos de medio punto con una decoración de motivos vegetales, antropormóficos y faunísticos biselados.
Las cubiertas con bóvedas de cañón son de perfil semicircular en la nave central. Los pilares desde donde arrancan estos arcos son de tipo compuesto y están formados por un núcleo central, cruciforme, al que se adosan sendas semicolumnas, con base y capitel.
En este ábside de la nave lateral, de cuarto de punto, se conservan los frescos del siglo XVIII.
En la cúpula central, al igual que en el resto de paredes interiores de la iglesia, los frescos están muy deteriorados.
Algunos representan motivos relacionados con el agua.
Algunos representan motivos relacionados con el agua.