El estanque, con la vista al fondo del pueblo de Montcortès.
Este lago cárstico, uno de los tres que existen en Cataluña, tiene una sola cubeta y una profundidad máxima de 30 m. La entrada del agua que lo alimenta es subterránea. Este lago es escenario de algunas leyendas locales.
Se dice que los habitantes de esta zona negaron un trozo de pan al mismísimo Dios Nuestro Señor cuando, disfrazado de mendigo, pedía limosna. Como castigo, Dios inundó el pueblo ahogando a sus habitantes. Tan sólo una mujer, que acogió al falso mendigo en su casa, se salvó de la catástrofe.
El estanque, con la vista al fondo del pueblo de Montcortès.
La costa norte del estanque en primavera.
El suroeste del lago en otoño, entre neblinas.
Diversidad de vegetación arbórea entre los pastos. Dos pasarelas permiten llegar al agua entre el denso carrizal.