El vivero de Gerri fue creado en el año 1906 para cultivar árboles destinados a replantar el barranco de Enseu, con motivo de su corrección hidrológica y forestal. La falta de cubierta vegetal en su cabecera y, por lo tanto, la nula capacidad de intercepción y retención del agua de lluvia fue una de las causas de la inusitada y grave riada de 1903.
La reforestación de la cuenca terminó en 1950, pero el vivero siguió proporcionando árboles para diferentes repoblaciones de la comarca hasta finales de los noventa.
Hoy es un espacio que se ha adecuado como Área de Interpretación de los Espacios Naturales de las Sierras Prepirenaicas Pallaresas, donde se muestran los principales elementos botánicos, faunísticos y botánico-culturales de esta región.
En diferentes márgenes se ha plantado la combinación de las principales especies vegetales representativas de las comunidades naturales de aquella zona del Pirineo.
Los bancales más bajos se han dedicado al cultivo de las diferentes variedades de plantas de huerta que la gente del país mantiene históricamente en sus campos, además de plantas de interés culinario o medicinal.
Los carteles dispuestos en un lado del vivero informan de la composición de plantas y animales típica de las diferentes zonas de la montaña pirenaica.
Al otro lado del barranco, a la altura del vivero, otros carteles informan de la diversidad de grandes aves que viven en las alturas de la zona pirenaica donde se encuentra el visitante.