En las casetas de las salinas se almacenaba la sal producida durante el verano para que no se disolviera con la lluvia. Las herramientas que se utilizaban para producir sal también se guardaban aquí.
Una característica curiosa pero lógica de las casetas de las salinas es su suelo, de arcilla, ligeramente inclinado para facilitar la separación del agua que se escurría de la sal.
Las sencillas herramientas para la producción de sal. La angarilla se utilizaba para transportar la sal más mojada a la caseta y el cuévano para transportar la sal desde la era a la caseta.
El escardillo se utilizaba para levantar el empedrado de las balsas y arrancar y trabajar la arcilla. La pala de hierro se usaba para limpiar las arcabotes, apilar la sal en la caseta y ensacarla. El picatolls servía para mojar y picar la arcilla de las paredes del estanque de manera que no se agujereara cuando se llenase de agua.
Los canalones, realizados con troncos de pino vaciados, permitían la distribución del agua salada por todas las salinas.
La escalera para bajar al estanque y tapar y reparar el agujero de los canalones.
Con los escobones se lavaban y aclaraban las eras y las arcabotes, pero también se utilizaban para remover y extender el agua y la sal. Para lavar y aclarar la era, se hacía pasar el agua desde ésta a la arcabota con la pala de palear agua. El maltador servía para picar los llevers de los lugares donde la era perdía agua o poner otros nuevos.
El graduador o pesador de sales es un densímetro que se empleaba para medir la concentración de sal en el agua, en grados Beaumé, y saber así cuando estaba a punto de precipitar la sal en una era.